miércoles, 27 de mayo de 2009

Los cinco de Mayo:

DANIEL SCHUSTER PINOT NOIR 2004
DANIEL SCHUSTER
WAIPARA
NUEVA ZELANDA

Desde la lejana antípoda nos llega este Pinot Noir, más concretamente de la zona más al sur de la isla norte.
Bodega con poco más de 20 años de existencia y con filosofía francesa, buscando parcelas que se asemejen a las condiciones en que Pinot Noir, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Riesling se adaptan en la original Francia.
Desde el principio el carácter Pinot surge rápidamente, pero esos pinot algo más golosos que los del viejo mundo. Limpio, notas de barrica y su crianza, pero no de tostados altos, pimienta roja, frutas rojas maduras, falta algo de fineza en todo el conjunto.
En boca destaca su importante acidez, buen volumen y paso suave al tener el tanino muy bien pulido e integrado. El postgusto es amplio, largo en el tiempo y muy franco (mismos aromas que en nariz). Un pequeño amargor muy al final de boca que acorta su frescor, pero el resultado es de un muy correcto pinot del nuevo mundo, algo subido de precio para la calidad (unos 30-35 euros en tienda española) pero se bebe agradablemente. Esta en su momento de beber, quizá un año más se le podría dejar en guarda.


AD GAUDE 2005
BODEGAS Y VIÑEDOS HERETAT DE CESILIA
VINO DE MESA (ALICANTE)
ESPAÑA

Nada ver la noticia de que este vino ha sido premiado como vino de año, me picó la curiosidad. Los amigos de la tienda Barolo disponen de él y aunque no es un vino muy barato me decidí a ver si lo merece.
En nariz es una explosión de fruta madura, tostados de calidad muy notables, muy de corte moderno. Poca expresividad varietal, quizá más surge la Syrah pese a solo estar presente en 20%, y el alcohol muy presente (15º). Sin defectos, muy bien elaborado pero falta algo de personalidad aunque con caracter.
En boca, denota rápidamente su alto grado alcohólico que le proporciona un gran volumen. Los tanimos muy presentes pero bien trabajados por la barrica, mucha fruta en gusto y postgusto, acidez buena que se agradece al ser un vino con mucha extracción .
Un vino de corte actual con mucha barrica, alcohol alto y extracción importante. En un par de años podría integrar los tostados, aunque el alcohol siempre estará muy presente y podria ser un arma de doble filo si va perdiendo carácter frutal con el tiempo.
No es mi estilo de vinos, pero hay que reconocer que hacer vinos con este grado alcohólico es complicado y que en el premio se ve la mano de Victor de la Serna ya que en algo recuerda a sus vinos de la D.O. Manchuela.


MEN DE MENCIA 2006
SOTO DEL VICARIO
D.O. BIERZO
ESPAÑA

Ya os comente que en la visita a Pago del Vicario me comentaron que tenían otra bodega en la denominación Bierzo. Hacen un Godello y un Mencía, el Godello lo tome en la comida y me pareció algo pasado de barrica, pero este tinto de Mencía me parece más interesante.
Al igual que sus otros vinos la madera esta presente, pero no tan descarada como en sus vinos manchegos, es más fresco, aromático e incluso algo mineral, nada goloso, muy agradable.
En boca, es también fresco, algo ligero pero lo suficiente concentrado para llenar bien la boca acompañada por su buena acidez. Postgusto agradable, con un poco de tostado y fruta la justa para notarla y no ser pesado. Un muy agradable vino para seguidores de los vinos de corte más ligero que pesados y de los frescos en vez de los alcohólicos y golosos, además es un vino de no más de 10 euros.


OSTENBERG GRAND CRU 2004
ANDRÉ KIENTZLER
ALSACIA
FRANCIA

Me da rabia no recordar donde compre y cuanto me coste un vino, y este es uno de ellos, es posible que lo comprara en la visita que realice a su bodega en 2006.
Bodega situada a las afueras en otra de las bellas villas de Alsacia (Rebeauvillé), con varias generaciones detrás de elaboradores.
De salida no esta muy evolucionado, no hay muchas notas de reducción riesling (hidrocarburos), notas de flores y frutas tropicales escarchadas, pero todo sin un exceso de elegancia, no es muy expresivo con tendencia a estar cerrado y perezoso, y no termino de abrir en 4-5 dias que el vino estuvo abierto (con el Winekeeper).
En boca como en nariz, no podemos decir que el vino este mal, pero da la sensación de estar en proceso de evolución, positiva, pero muy poco expresivo en este momento. Buena acidez, buena concentración pero agarrotado, no es amplio ni expresivo en postgusto tampoco, incluso algo amargo en gusto y postgusto.
Creo que 4-5 años dejaran expresar algo más a este más que correcto vino, no grande, pero correcto.
No recuerdo su precio, pero dudo que pagara más de 25-30 euros.


AS SORTES 2006
RAFAEL PALACIOS
D.O. VALDEORRAS

A este vino le voy siguiendo la pista año a año ya que creo que tras los godellos de La Tapada (Guitian) son los más interesantes de Valdeorras. Si alguna vez consigo aguantar una botella más de 4-5 años os podré decir si tienen tanta longevidad como los Guitan fermentados en barrica.
Este 2006 de salida es muy tostado, necesita mucha aireación para empezar a desplegar su gama más interesante, anisados, pimienta blanca, flores punzantes y un fondo mineral, un vino que gana minuto a minuto.
En boca de entrada se nota la excelente acidez, graso en su justa medida para envolver la boca, postgusto menos tostado del esperado pero sigue presente, muy buena concentración y paso elegante y sedoso por la boca, aunque ese tostado da un toque amargo alto.
Un muy buen vino del que hemos practicado un infanticidio, al menos 3-4 años le podría ir de perlas, más no lo sé, y mejor no tentar la suerte, aunque como os comento he tomado Gutian fermentados o no, que aguantaron perfectamente 10 años y más.

Saludos,
Alberto

viernes, 22 de mayo de 2009

Huyendo de los fusilamientos:

Como amante del vino francés hay que huir de Madrid un 2 de Mayo, por si eso de los fusilamientos y las revanchas.

Suponiendo que día festivo no habría ninguna bodega abierta que visitar en Madrid y recordando haber visto un pequeño reportaje en televisión de la bodega / hotel Pago del Vicario, nos decidimos a visitarles ya que tenían visitas los Sábados por la mañana.

El viaje es un poco largo, 2 horas y media, y sin GPS algo más. Llegamos tarde y la visita ya había empezado, pero hicimos la visita gracias a la amabilidad de Carlos Camarena (gerente), que nos la enseño él mismo.

Una bodega muy moderna, amplia, limpia, con todos los avances en enología y asesorados por Richard Smart en el aspecto de la organización del cultivo, plantación, podas, etc.
Tras un agradable y ameno paseo por la bodega con las explicaciones de Carlos, termina la visita en la zona del restaurante tomando unos vinos que se incluyen en el precio de la visita, 6 euros visita y un vino y 12 euros visita y tres vinos.


















La cata empieza con una "extravagancia", un blanc de noirs manchego, un blanco hecho con tempranillo. Fresco, graso y con correcta acidez, aunque la nariz me despista, me recuerda a los vinos de Airén o Verdejo de expresión sencilla, y esa poca expresión parece más producida por las levaduras artificiales que a las propias, pero más que correcto.
Seguimos con el rosado de Petit Verdot, también un más que correcto rosado, frutal, fresco, nada goloso, serio, que a mi gusto mejor que muchos rosados que sólo son fruta, fruta y fruta golosa tan monótonos. En boca es también fresco, correcta concentración y postgusto como en nariz, fruta muy controlada.
Para finalizar su tinto 50-50, mitad tempranillo mitad cabernet sauvignon criado en roble caucásico.
También es un vino equilibrado, de corte moderno pero no excesivamente extraído, correcta concentración, acidez equilibrada y aromas de fruta madura, hierbas de monte y los tostados de la barrica muy presente pero muy aceptables para un vino sobre los 10 euros.
Todo ello acompañado por un buen queso manchego de Villadiego y que ellos mismos producen en otra finca de Ciudad Real.

Antes de comer un paseo por el viñedo en pleno proceso de brotación para hacer más hueco en el estomago y ver la mano de Richard Smart y su famosa poda Smart-Dyson.







El restaurante al final de la bodega (en forma de catalejo), es un espacio amplio y muy luminoso, con una carta amplia para un espacio de este tipo y varios menús, recordar que también hay hotel de 4 estrellas, por lo que el restaurante debe estar a ese nivel, y lo cumplen.



Decididos por el menú largo en que cada plato viene con su propio vino. Este fue ágil, gustoso, bien realizado y con productos de calidad, no les darán una estrella Michelin, y ni lo pretenden, pero muchos restaurantes de Madrid de "medio pelo" ya quisieran dar esta calidad y servicio.
Café en la terraza del hotel con vistas al río Guadiana y compras de varias botellas para terminar de conocer sus vinos, entre ellos los de su otra bodega en el Bierzo, y de nuevo en ruta parando por Ciudad Real capital que esta a sólo 9 km.


Un día más entre vinos que es lo importante, y si además hay buena compañía (pese a su abstemia), ¿qué más se pude pedir?.

http://www.pagodelvicario.com/

Saludos,
Alberto

viernes, 15 de mayo de 2009

Cata Alión 08/05/09

No por mucho repetir una mentira ni una verdad va a serlo más, pero de verdad que no sabéis el privilegio y el nivel de las catas al que estamos llegando, y lo malo es ¿qué vendrá después?, nos lo vais a poner difícil.

Una vez más la familia Sánchez (Bartolomé y Maite), amablemente de su fondo de bodega, nos trajeron unos vinos que no están al alcance de cualquier enomortal.



Esta vez la cata la dirigió Maite, compañera y enóloga que trabajó en las Bodegas Alión y por tanto la información fue de primera mano.
Tras una magnífica explicación de como era la bodega, su forma de elaborar y su filosofía, llegó la cata, la cual consistió en:




Alión 2006
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero



Alión 2006
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 2005
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 2002
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 1998
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 1997
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 1996
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero


Alión 1995
Bodegas y Viñedos Alión
D.O. Ribera de Duero



De nuevo una gran cata en la que vimos como se refleja perfectamente la añada y la mano del hombre. Sin duda unos de los vinos de mejor relación calidad precio que hay en el mercado.




De nuevo muchas gracias a Maite y Bartolomé.

Suerte Maite en tu búsqueda.

Saludos,
Alberto

lunes, 11 de mayo de 2009

¿ES JUSTO PUNTUAR UN VINO? (I) Sobre Parker y los sistemas de puntuación.

Es rara la cata en la que hoy día no se nombra a Robert Parker, el crítico “gurú” de “la nariz del millón de dólares”, como le han bautizado sus compatriotas. Esto se debe a que el sistema de 100 puntos para calificar vinos que lanzó al mundo en el primer número de su revista “The Wine Advocate” (WA), en Agosto de 1978, ha terminado imponiendo un “estilo” de vino que se ha extendido como la pólvora de forma muy peligrosa por todas las regiones vinícolas. Vamos a profundizar un poco en el porqué de este fenómeno.

El sistema de Parker se basa en el método de calificación de exámenes escolares en EEUU, donde se otorga un mínimo de 50 puntos a todo vino, lo que se traduce en que 70 sobre 100 es el límite para empezar a hablar de calidad. Esto significa que se maneja una escala real de 30 puntos a la hora de calificar los vinos que han sido correctamente elaborados. Dichos 50 puntos se reparten de la siguiente forma:

- Color y aspecto: hasta 5 puntos
- Aroma y bouquet: hasta 15 puntos
- Sabor y posgusto: hasta 20 puntos
- Calidad general y potencial de mejora: hasta 10 puntos

Para bien o para mal, éste es el sistema que, con leves variaciones, emplean otras muchas publicaciones como “Wine Spectator”, “Decanter”, “Vinum” o las del grupo Peñín. Existen otros, como el de elmundovino.com, que sigue una escala de 0 a 20, en la cual 12 es la mínima puntuación para empezar a hablar de calidad y por debajo de 10 se considera defectuoso. Os adjunto una tabla con los sistemas empleados por las revistas y fuentes más destacadas de nuestro entorno (para más información, consultar http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=2&vs_fecha=200101&vs_noticia=978563778 )



La intención de Parker cuando creó este sistema no era otra que “democratizar” el consumo del vino, ofreciendo al consumidor no experto una guía a la hora de elegir qué vino comprar, de forma que no se llevaran la fama (y el dinero) sólo los vinos de histórico renombre y elevado precio. Los norteamericanos, muy amigos de las clasificaciones en todo tipo de ámbitos, acogieron este sistema con los brazos abiertos. Y no sólo ellos, ya que al coincidir con el “boom” del vino que estaba teniendo lugar en casi todo el mundo, los críticos encontraron el sistema perfecto para vender más revistas gracias a esta posibilidad de orientar de forma “objetiva” a sus lectores.

Hasta aquí perfecto y muchas gracias, mr. Parker, pues el único sistema de puntuación conocido hasta el momento era el de la “ficha Davies”. Éste había sido ideado en la Universidad californiana de Davis, paradigma de la investigación enológica, pero su uso quedaba dentro del ámbito académico y además parecía centrarse más en la localización de defectos que en la exposición de las virtudes del vino (ver el enlace anterior). Antes de Parker, al menos de forma generalizada a nivel mundial, en las revistas especializadas no se puntuaba sino que se elogiaba o se castigaba a los vinos mediante descripciones y metáforas que, en la mayoría de los casos, resultaban extrañas para el profano.

Ahora bien, como denuncia Elin McCoy en su libro "The Emperor of Wine: The Rise of Robert M. Parker Jr. and the Reign of American Taste" (Harper Perennial, 2005), la persona ha suplantado al método, de forma que se ha implantado una “tiranía del paladar”: en lugar de la democratización del vino, Parker ha conseguido convertirse –intencionadamente o no- en el símbolo del experto elitista; se opone a los precios elevados, pero lo cierto es que se han multiplicado cuando ha otorgado altas puntuaciones; defiende la variedad de estilos, pero ha provocado que se elaboren vinos parecidos con el único propósito de encajar en sus gustos y así conseguir elevada puntuación y, por ende, vender más (y a mayor precio, casi siempre). (Sobre todo el “asunto Parker” recomiendo consultar el siguiente artículo del San Francisco Chronicle: http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2007/06/15/WIGOOQ5IGD1.DTL .

¿Cuál es el “estilo Parker”? Él niega que tal estilo exista y atribuye el término a sus detractores, pero no cabe duda de que de sus elevadas puntuaciones se pueden extraer una serie de elementos comunes a los vinos que las reciben. Se habla con frecuencia de “vinos para catar” y “vinos para comer” (o beber, que viene a ser lo mismo), diferenciando aquellos de fruta explosiva y gran concentración (normalmente con taninos de roble muy duros aún, exceso de tostados, apuntes de sobremaduración y alta graduación alcohólica), de otros menos ampulosos pero también menos “cansinos”, con los cuales se puede llegar al final de la botella sin ningún problema. El primer grupo de vinos encaja con las puntuaciones que superan el 90 según el criterio parkeriano. ¿Y cómo se hace un vino de más de 90 puntos Parker? Según el consultor enológico Barry Gnekow (ver enlace anterior), dejando madurar mucho las uvas para conseguir mayor extracción y carga frutal, con el consiguiente incremento de alcohol, y después madurándolo necesariamente en roble francés.

Al margen de que haya quien acuse a Parker de que “lo suyo” no es otra cosa que una intencionada maniobra de globalización para colocar a los vinos de California a la altura de los grandes vinos europeos (equiparando cuerpo y estructura a elegancia y complejidad), y también quien le acuse de amiguismo –a él y a los colaboradores que catan para él-, lo cierto es que no es tan malvado ni todo lo que hace es perjudicial. A él se debe en buena medida que muchas bodegas hayan modernizado sus prácticas y sus instalaciones, consiguiendo vinos más limpios y frutados. Y por la parte que nos toca, al menos en lo que a exportación se refiere debemos estarle muy agradecidos, pues desde hace ya bastantes años ha alabado nuestros vinos y el potencial enológico español; no debe de ser casualidad que en 2008 España se haya colocado en el segundo lugar de la exportación vinícola mundial, por detrás de Italia y adelantando a Francia, a lo que sin duda han contribuido los 100 puntos otorgados a 5 vinos nuestros por Jay Miller (su catador para vinos españoles, los cuales Parker no cata desde 2006).

Joseph Conrad, en su maravillosa novela “El corazón de las tinieblas”, y más tarde Francis Coppola en la no menos maravillosa película “Apocalypse Now”, retratan a un personaje que, rodeado de ignorantes seguidores en un ambiente primitivo, llega a creerse un dios. Según Laura Fraser, del San Francisco Chronicle, al contrario que la mayoría de los críticos Parker vaticinó que el 82 sería una gran añada en Burdeos, dirigiendo el mercado norteamericano hacia los vinos franceses y haciendo famosa su escala de 100 puntos (http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2005/07/31/RVG3LDR0HF1.DTL ). A partir de ese momento, no hay tienda en EEUU –y cada vez más también en el resto del mundo- donde no aparezcan en determinados vinos señalizadores con la puntuación otorgada por Parker. Es tal su poder de influencia en las decisiones de los compradores, y por tanto de los elaboradores, distribuidores y minoristas, que no sólo es el más influyente crítico del mundo del vino sino también de cualquier otra disciplina. Ante esta situación, cuando llueven los suscriptores a tu revista y a tu página web (http://www.erobertparker.com/), ¿quién sería capaz de hacer autocrítica y derribar el imperio que ha creado? Los aficionados y profesionales del mundo del vino que en algún momento hemos seguido –y seguiremos- los criterios de Parker somos esos indígenas de Conrad y Coppola; nosotros le hemos colocado donde está, los que le siguen con fe ciega y también los que no siempre estamos de acuerdo con sus puntuaciones pero las utilizamos como referencia cuando no conocemos un determinado vino.

Desde mi punto de vista, el fenómeno Parker se ha convertido en un peligro para la preservación de la diversidad vinícola mundial por dos razones principales:

Es completamente inadmisible en cualquier materia que el criterio de una sola persona –directamente o a través de sus colaboradores- se convierta en “palabra de Dios”. ¿Sería bueno que un solo crítico de cine tuviera la capacidad de dirigir el gusto de los espectadores? Evidentemente no, menos aún cuando estamos hablando de algo totalmente subjetivo (por mucho que se empeñe Parker en querer fijar una serie de parámetros de análisis “invariables” de unos individuos a otros), pero lo cierto es que esto ha sucedido con Parker a un nivel claramente desproporcionado y ahora tiene el poder de levantar o hundir bodegas según lo que decida en el breve tiempo en que se cata un vino. Sistemas de puntuación al margen, al igual que se hace en los concursos de vinos, cualquier medio especializado debería obtener la puntuación definitiva a partir de las de varias personas expertas –y de gustos diferentes a ser posible-, nunca de la de una sola.

El sistema de 100 puntos Parker se ha convertido en un monstruo capaz de retirar del mercado a aquellos vinos que no superan los 90 puntos, como si se tratara de una selección “a la espartana”. Es cierto que Parker defiende que los vinos por encima de 80 puntos pueden ser bastante buenos y a menudo de precio asequible (e incluso que tiene muchos de ellos en su colección), pero es cierto también que el consumidor tiende a fijarse sólo en aquellos que superan los 90 –al menos cuando el precio es asequible-, castigando así aquellas variedades de uva y estilos poco propensos a entrar en este estrato de la tabla. Parker dice que si cada vez hay más vinos que superan los 90 puntos es porque cada vez se hacen mejores vinos; esto es verdad, pero como decía un elaborador californiano en el documental de la BBC “Big Wine Adventure” (con Oz Clark, muy divertido), también cada vez más tendemos a juzgar vinos que no pasan de buenos como muy buenos.

Me gusta decir que los aficionados y profesionales del vino somos el burro y Parker la zanahoria, no al revés como muchos quieren hacer creer. Sin ir más lejos, ya en 2000 Parker hablaba del exceso de roble nuevo en nuestros vinos y lo tachaba de una moda de “neorriquismo”… (http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=8&vs_fecha=200011&vs_noticia=974794324 ) Pero también atacaba a las largas crianzas en roble americano usado, desprestigiando así vinos de calidad indiscutible como son los mejores riojas clásicos (López de Heredia, Marqués de Murrieta, etc.). Hoy, con 10 años de experiencia y muchísimos vinos de todo el mundo catados, el sistema Parker de 100 puntos me hace pensar en eso que tantas veces hemos visto en las películas norteamericanas: los muchachotes que juegan en el equipo de rugby reciben ayudas para subir nota y son los más admirados por todos y todas... (no olvidemos que Parker se formó catando en Burdeos, tierra de vinos “musculosos”). Pero todos sabemos que no es más inteligente el alumno que mejores notas saca; ahí está Einstein, por ejemplo.

Como recomendaría ante cualquier película, primero id a verla y después leed diversas críticas para contrastar vuestra opinión, no al revés. Lo dice el propio Parker y en esto, como en no haber insertado nunca publicidad en su revista, debemos reconocerle honestidad: “Diga lo que os diga, nunca podrá haber sustituto para vuestro propio paladar o mejor educación que catar el vino vosotros mismos” (http://www.businessweek.com/magazine/content/06_26/b3990095.htm) .

(Continuará)

Luis Martínez

(Para más información sobre Parker: http://en.wikipedia.org/wiki/Robert_M._Parker,_Jr. )

miércoles, 6 de mayo de 2009

Buenos vinos para la crisis:

ULTREIA DE VALTUILLE 2005
RAÚL PEREZ
D.O. BIERZO

Una de las grandes mencías del Bierzo de mano de este enólogo y viticultor de una nueva generación que ama el vino y el terruño. Conocido por sus vinos del Bierzo, Ribeira Sacra y otros proyectos en la D.O. Ribeiro, Madrid, etc.

Sus vinos son siempre personales y originales de calidad aunque para alguno demasiado ensalzados, como con su Pecado de Riberia Sacra o este Ultreia, puntuados con 98 puntos en la guía de Robert Parker.

Estamos ante un gran vino, con aromas intensos de crianza, buena madera, nada goloso ni lácteos como en otros vinos que abusan de la madera nueva, notas de mineral negro, aunque quiza vengan del tostado de la madera, limpio, perfumado y complejo.
En boca es potente, no alcohólico, muy buena concentración sin ser pesado, seco, acidez para aguantar algún año más, largo en sabor y postgusto, un gran vino en definitiva.

No creo que este en tiendas ya, su precio fue de unos 35-40 euros en su momento.


MARSANNAY - LES CHAMPS SALOMON 2004
DOMAINE BART
MARSANNAY – BORGOÑA

Ya conocéis mi devoción por la Pinot Noir, incluso para estos pinots más sencillos de denominaciones menos conocidas de la Borgoña como Marsannay, una de las más al norte de la Côte de Nuits y pegada a Dijon.

Limpio, floral, frutillas rojas, una nariz de pinot muy clara para memorizar fácilmente y reconocer esta variedad.
En boca es más o menos lo esperado, franco en aromas, nada de tostados, frutas frescas rojas en sazón, amplio aunque con concentración media, muy agradable y fácil de beber por su acidez muy ajustada, esta en su mejor momento de beber.

Una buena compra para seguidores de vinos ligeros (bien entendido), frescos y sin excesos de tostados y golosidades.




CITIUS 2003
ALTA PAVINA
V.T. CASTILLA Y LEON

Hacia años que por primera vez cate este vino, y ya me pareció muy interesante, pero siempre andaba por los 40 euros en el mercado, pero este 2003 lo he encontrado por unos 21 euros y me decidí a probar de nuevo, y no me arrepiento.

De los Pinot Noirs españoles sin duda me parece el mejor, desde el primer momento ya parece un pinot borgoñon, aunque con notas tostadas algo más altas de lo habitual de la zona, quiza este sea uno de sus defectillos, pero las notas varietales están y bien notables, fruta roja, floral, mineral,... muy completo.

En boca, lo primero que sorprende es su acidez, recordar que hablamos de Castilla (Valladolid), no de Borgoña, por eso me despista que no sea algo artificial (añadida o con refresco de un vino más joven). Postgusto como la nariz, notas tostadas importantes pero con fruta fresca, por eso lo perdonamos, buen volumen y buena concentración. Un vino muy interesante al que me gustaría seguir año a año, pero si se mantienen los 20 euros, no los 40 euros.




CONDRIEU 2002
EARL PIERRE GAILLARD
CONDRIEU – RODANO - FRANCIA

Un delicado Viogner de la denominación Condrieu. Aromas de melocotones, nectarinas, peras, muy frutal, flores golosas, paréce un vino dulce a priori, muy embriagador perfume.
En boca es muy graso, ocupa toda la boca y su paso es lento desplegando todos sus aromas frutales., lastima que ya esta algo escaso de acidez para que hacerlo casi perfecto, un par de años antes quiza habria estado en su plenitud.




PIRA - VIGNETO MARENCA 2000
AZIENDA AGRICOLA PIRA LUIGI
BAROLO – PIAMONTE – ITALIA

Bodega asentada en Serralunga d’Alba con unas 9 hectáreas de producción y vinos de varios pagos (vignetos), Marenca, Margheria, Rionda y también producción de Dolcetto y Barbera.

Este es un gran vino de aires más actuales en Barolo, usa barricas y toneles de 500 litros para su crianza, aunque hay que decir que las notas tostadas o de madera están muy integradas y forman parte de su potencia aromática. Mineral, fruta bien madurada, bosque bajo,... muy complejo e intenso.

En boca es de gran potencia, alcohol alto pero bien integrado, mucha sustancia y buen volumen. El tanino todavía notable y acidez muy buena, por lo que 2-3 años le hubieran venido de perlas. Un vino que invita a beber más y más, y si es acompañado, como lo fue, de fiambres italianos y quesos franceses, una maravilla.
No creo que este esta añada ya en el mercado, en su momento costo unos 45 euros.




LANGHE NEBBIOLO 2006
AZIENDA AGRICOLA G.D. VAJRA
LANGHE NEBBIOLO – BAROLO – ITALIA

Una de las bodegas con buena representación en las tiendas de España, y este siendo un de sus vinos más sencillo es muy agradable. Con denominación “menor” de la región de Langhe pero hecho con uva Nebbiolo.

Un vino de aromas clásicos de la Nebbiolo y ese aire italiano a veces difícilmente descriptible de recuerdos entre volátiles y aromáticos frescos, vermut, hierbas maceradas, muy limpio y agradable.
En boca es lo esperado, en buen sentido, fresco, buena acidez, no muy concentrado y paso suave. Por unos 12-14 euros es un vino muy competitivo.

Saludos,
Alberto